No quería meterme de llenos en la fiestas de fin de año sin publicar la obligada tercera parte de los monologos personales y/o cronicas de vida que escribi durante este año: "Reflexiones de un domingo a la medianoche"(aca) y "Pensamientos en el camino sin salida"(aca). En estas "Conclusiones cerca del borde" deseaba cerrar algunas cuestiones que fueron quedando bajo una niebla de depresion, auto-censura y represion.
Comprendo que para estas alturas, tu lector, estas ya harto y cansado de mis constantes idas y vueltas, mis permutaciones entre la alegria y la melancolia, mis letras que chorrean pseudo-desesperacion e infantilismo, pero concedeme esta ultima vez para hablar un poco de mi y de intentar dejar establecida la situacion de hoy para el futuro.
En "Reflexiones de un domingo a la medianoche", explicaba el estado de paralisis que sufro en el transito cotidiano y normal en esta vida. Un pasado no muy bueno, varias decisiones equivocadas y algunos contratiempos importantes dieron como resultado mi estadia en un limbo en vida la cual no me permite crecer, mejorar ni evolucionar. Ademas, torturandome dia a dia debido a mi ideologia no implementada de "vivir es crecer, crecer es vivir" y la perdida de pertenencia en el nivel de mis allegado.Tambien, definia algunas ideas realistas para salir de esta condicion.
En "Pensamientos en el camino sin salida", ya en una situacion peor que en la anterior, intentaba analizar el hecho que ninguna de las opciones anteriores fueron o seran viables para el cambio. Tambien, aclaro el porque de la gran ansiedad que me lleva a desesperarme o a deprimirme dia a dia.
Hoy: No ha cambiado practicamente nada y, por obvias razones del paso del tiempo y la estaticidad de los hechos, las cosas van empeorando. El estado de inmovilidad es inmenso y ciclicamente enfermizo llevandome a un nivel de bipolaridad que ya me esta asustando. Dia con una alegria desorbitada y otros con depresiones que me llevan a dormir durante todo el dia. Millones de cosas por hacer y ninguna que no sea vacia o que me lleven a la felicidad. ¿Y sabes porque estoy asustado? porque estoy sintiendo que las horas, los dias y los meses pasan como el aire de manera rapida y silenciosa. La realidad esta, poco a poco, quedandose sin color y movimiento. ¿Que sentido tiene las cosas asi?
Desde hace algunos años, para todos los parametros de mi personalidad, creencias, gustos, ideologias, etc. me baso en lo que "siento". Ese sentimiento que va mas alla del pensamiento, la educacion y (aunque suene raro) la existencia. Los creyentes la conocen, mas o menos, como fe. A que quiero llegar con todo esto?, a que no ayuda mucho a que salga de esta inmovilidad el hecho de que "siento" que las cosas no van a cambiar. Lo sentia cuando tenia 10 años, 15, 20 y ahora 25. Esto no es 100% factible pero la carga de este sentimiento es muy pesada.
Y si nada a cambiado, todo a empeorado y no va a mejorar, ¿porque escribir esto?¿que cambio de aquel dia de septiembre? La respuesta no es sencilla.
Ya pase del estado de bronca hacia mi persona, mis decisiones, mi pasado; pase por la reflexion y la autocritica; y ahora que estoy por las fases finales de la tristeza y la aceptacion, tengo miedo de lo que sigue: Me convertire en un ermitaño que pase los dias envidiando hasta las cosas mas sencillas, me transformare en un desquiciado inestable e infeliz que ira saltando de baldosa en baldosa hasta cansarse, o sera en un depresivo solteron que todos se han canzado de sus estupideses. O peor aun: en un estupido y cobarde suicida de periodico de barrio.
No, damas y caballeros, piensen que ese dia va a llegar porque ya he determinado un proceso que correra desde el momento que comience el 2012 y finalizara en diciembre. Simple y conciso. Un nuevo año donde apuesto todo. Gane o pierda.
Asi termina estos lamentables post. Un joven totalmente paralizado en la vida, fuera de toda normalidad, que se canso de seguir asi y ahora pone toda sus fichas en el tablero. En los proximos meses la bola girara y girara para determinar la suerte de este muchacho.
Se cierra el telon. Todos en silencio.
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