La respuesta es simple, pero a su vez es compleja.
Hace poco tiempo acepte, con todo orgullo, que soy calificativamente
una persona rara. Tengo una forma de ver el mundo, de sentir el
exterior y reaccionar ante los hechos que suceden de una manera extraña a
la común de la mayoría de las personas. Desde mi ideología religiosa
hasta mis hobbies un sábado por la noche, difieren de las que coincide
la sociedad. Pero tal vez me este equivocando.
En una de esas noches de insomnio, una idea cruzo por mi mente como cañita voladora en año nuevo. Qué tal si todas esas visiones y reflexiones que día a día me veo invadido las público para que usted, lector curioso, pueda disfrutar en su lectura.
Este advertido que, a diferencia de la fantasiosa vida que pensé de niño, la que poseo es mortalmente aburrida, plana y vacía. La perfecta mezcla entre melancolía e inacción. Por lo tanto, las aventuras que aquí se narraran no serán del nivel de un capítulo de la serie 24 o las novelas mexicanas de la tarde, pero tendrán ese trasfondo particular que todos experimentamos durante nuestra permanencia en esta tierra pero que pocos podemos percibir...
En una de esas noches de insomnio, una idea cruzo por mi mente como cañita voladora en año nuevo. Qué tal si todas esas visiones y reflexiones que día a día me veo invadido las público para que usted, lector curioso, pueda disfrutar en su lectura.
Este advertido que, a diferencia de la fantasiosa vida que pensé de niño, la que poseo es mortalmente aburrida, plana y vacía. La perfecta mezcla entre melancolía e inacción. Por lo tanto, las aventuras que aquí se narraran no serán del nivel de un capítulo de la serie 24 o las novelas mexicanas de la tarde, pero tendrán ese trasfondo particular que todos experimentamos durante nuestra permanencia en esta tierra pero que pocos podemos percibir...
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