Domingo a la noche, previo al feriado del Lunes. Me encontraba junto con mi hermano viendo en la PC uno de los últimos capítulos del shojo Lovely Complex (ahora que recuerdo, era el ultimo). Yo sentado, frente a la compu, con las piernas cruzadas por encima del escritorio, y mi hermano tirado en la cama junto con su inseparable celular. La oscuridad de la pieza solo era apagada por la luz del monitor.
En el anime, los protagonistas se encontraban sobre un puente intercambiando elogios y demás latiguillos de pareja de enamorados. La chica con sus ojos llenos de lágrimas confesaba la preocupación constante que tenia sobre el futuro de su amado, y el chico sonrojado por tales palabras. Después de unas dulces e inesperadas palabras del joven la escena concluye con un inocente beso.
En la habitación se produjo un largo silencio interrumpido momentos después por las palabras de mi hermano. Más que palabras, una onomatopeya tipo:
- Haaaaaaaaaaaaa
Solté una carcajada que no preveía y gire sobre la silla. Mirando a través de la penumbra en un punto, que suponía, que se encontraba mi hermano le dije:
- Esa escena debía terminar con un sonido como ese.
El asintió con una risa corta y siguió concentrado en su celular. Volví mi atención al anime. Con una sonrisa infantil seguí perdido en esa inocente historia que estaba por concluir. Cada cierto momento, involuntariamente tragaba la amarga realidad: lo mas cerca que voy a estar de eso es en momentos así. Ficción.
martes, 23 de agosto de 2011
(Mi Mundo Paralelo) Domingo complex
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