- Por cierto, ¿te mencioné que esto también viaja en el tiempo? (Dr Who S1x01)
Advertencia: Los hechos narrados en el presente post no necesariamente son 100% reales, puede existir ciertos detalles que se alejen de los acontecidos sucesos.
Permitanme por un momento un flashback.
Transcurría el año 2010 y la noche era clara y templada, ideal para dar un paseo a pie. No recuerdo muy bien que resonaba en mis oídos pero estoy seguro que era un tema que me alejaba de la realidad. El indicador vial de la esquina señalaba "Moreno" y, según mi dirección, me desplazaba en contramano. Tampoco puedo acordarme hacia donde me dirigía, pero por la zona donde me encontraba el centro era el objetivo mas seguro. En ese tiempo, como en otros que siguieron, estaba empecinado en desplazarme a pie a todos lados dado el extraño convencimiento que caminar era una clase de ejercicio físico que necesitaba para mi rutina diaria (dejando de lado la reluciente bicicleta guardada en el sub-suelo del depto que residía).
Como aclare, la noche estaba linda y solo fue necesario ponerme una camisa azul palida para vestirme ya que la temperatura era elevada (y no me daba la cara para ir en cuero). Los complejos persistían en aquel entonces manteniendo una persistente inconformidad con mi estado físico.
En un momento en particular, a metros de llegar a cruzar de esquina a esquina, el aire se torno relativamente mas fresco. Me hizo recordar esa burda creencia la cual describe la misma sensación cuando uno se cruza con un fantasma. Recien ayer me entere el porque de dicho fenomeno.
Cerca de mitad de cuadra, se desplazaba por la calle, un muchacho en bicicleta. La noche y la escasa iluminacion de la calle no me permitia verlo con todo detalle, pero era indudable la presencia de la bici y que la persona que la conducia (bastante rapida en mi opinion) era un joven. Hasta hace poco no lo supe pero algo me atrajo a observarlo, determinismo poetico dirian, y solo al momento que nuestra posicion relativa (tanto yo en vereda, como él en la calle) se intersecaron pude verlo con detenimiento.
Era un chico de unos veinte-tantos, gorra oscura en la cabeza con la visera al revés, remera roja pegada al cuerpo denotando un cuerpo delgado y medianamente ejercitado, jeans de un color impreciso y, finalmente unas zapatillas también de color rojas. La imposibilidad de ver su rostro no era algo para contradecir que el muchacho era bastante atractivo. Pero el detalle con mas repercusión en esta anécdota es la manera que maneja el vehículo: sin usar las manos.
Puede sonar estúpido, pero desde que me regalaron la primera bici, haya en los años 90', quise manejar una sin usar las manos. No se bien por que, pero esa manera temeraria y super controlada de andar por la calle siempre me sedujo. Por ende, el cruce con el joven me quedo revoloteando por la cabeza durante bastante rato.
Ahora damos un salto al presente (o casi), especificamente anoche tipo una de la mañana. Iba a toda velocidad en mi baqueteada, pero resistente, bicicleta azul a algunas calles de diferencia a mi hogar. Acababa de salir del video donde trabajo y el acelerometro virtual del vehiculo subia mas y mas impulsado por un hambre que acarreaba desde hacia horas. Cruzo la interseccion de la calle Maipu y Moreno y siento un escalosfrio. Raro al ser una noche calida y sin viento. La velocidad me permitia andar sentado en la bici sin controlar el manubrio con las manos. Indudablemente en estos años aprendí a manejar asi cumpliendo una de mis auto-promesas.
Hasta que de repente pude divisar a la lejanía de dos cuadras un chico caminando en la soledad de la vereda (y del barrio, ya que a esa hora no había ni un alma). El joven caminaba distraido escuchando música por unos auriculares que le asomaban del cuello de la camisa azul que vestía. Ropa bastante reservada que la istrionica color roja que vestía yo.
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