martes, 30 de octubre de 2012

Carta a mi Mellizo

Querido hermano:

Aunque nunca te he escrito antes y la simple idea de expresar mis sentimientos hacia una persona que no esta viva me parezca un completo desperdicio de tiempo, siento la necesidad de escribirte estas lineas. Ya entenderás a medidas que las palabras fluyan porque me he visto empujado a esto.

Quería hacer un resumen de lo que ha pasado en estos casi veinte seis años de nuestro ultimo encuentro. Antes de todo agradecerte (y pedirte disculpas de paso) por la usurpacion de mi parte de tu nombre, es verdad que me gusta mas el segundo pero es cierto que el primero me identifica de manera casi absoluta. Dicho esto, después de ser el único sobreviviente en el campo intrauterino (si, suena a chiste negro) nací como un lindo, buscado y rechoncho bebe. Desde mis primeros pasos hasta los tramos iniciales de la infancia todos son recuerdos felices. Todo muy borroso y mezclado, pero hay muchas imagenes/sensaciones que son irrefutables: mi mamá, la llegada de mi hermanito, mis abuelos, la música 80/90tera, el jardín de infantes, la coca-cola, el calorcito del verano, los cumpleaños, la television y las películas, las letras, los números, el pan con manteca, aguantar el llanto(pero no poder) , mis juguetes...

Luego, con la entrada a la primaria y a los primeros contactos con la vida real las cosas se comenzaron a complicar y a volver un poco turbias. La escuela te enseña, ademas de multiplicar por dos cifras y saber la capital de España, a competir. Por una nota, por la atencion, por los amigos, por el liderazco, por el futuro, etc. Tambien aparecen los primeros amores con sus correspondientes desamores. Esquirlas de lo que la vida adulta te tiene preparado. La familia se desmorona: muertes repentinas, peleas entre integrantes sin sentido, estafas, crisis economicas, violencia, separacion...

El final de la primaria y el comienzo de la secundaria me encuentra bastante distinto al simpatico niño rubio de hacia unos cuantos años atras. Viviendo en una casa donde me sentia de sobra, con problemas que no eran mios, con un hermano traumado y donde un psiquiatra se hubiera hecho un festin con el psiquis de los adultos que mandaban. Tambien vivi algunos topicos de la pubertad: la timidez, el desarrollo, las dudas, los problemas, etc. Al pasar los años, encontre los verdaderos amigos, mis notas subieron, mis hobbys se definieron, empeze a comprender como funcionaba el mundo, mi caracter se fue volviendo mas frio y pronto llego el descubrimiento de mi futura profesion.

La juventud me vio envuelto en un mar de presiones, exigencias y demas locuras. La universidad y la carrera era mi unica prioridad llevandome a imponerme una diabolica rutina, un imposible calendario y un celibato autoimpuesto. Necesitaba con todo mi alma recibirme, trabajar y emprender una vida en solitario, fuera de toda la locura con la cual venia conviviendo desde años. Aunque, mas tarde comprendi, que no solo acarriaba eso desde hacia tiempo: una torturante religion, un inexistente autoestima, una conflictiva identidad sexual, una envidia patologica y un mortal coctel de estres y ansiedad...eran los ocultos ingredientes de una bomba psicologica y fisica que explotaria años despues.

Y cuando las cosas se iban a poner interesantes, cerca del final del cursado de mi carrera, la bomba explotó.













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